sábado, 12 de junio de 2010

Consideraciones sobre el Juego y su relación con el Aprendizaje


“El niño no juega para aprender, pero aprende cuando juega” (Martha Glanzer)

Por ser el juego una actividad libremente elegida, no debe haber presión externa para la manifestación espontánea del niño/a. Por lo tanto, lo que en el juego aparece es lo más auténtico del pensamiento infantil; lo que “pone en juego” el niño/a es lo que tiene verdadero sentido para él/ella: sus intereses, preocupaciones, curiosidad, miedos, lo inabordable. “Jugar es jugarse, es entrar y salir de la locura…”, dice Eduardo Pavlovsky “Es no estereotipar, es mover el orden de las cosas, inventar caminos, transformar la mirada, simbolizar, movilizar reglas, convenir, crear, que en última instancia, es, al fin, la gran operación del sentido…” , dice Chiqui González.

Los juegos invitan al encuentro comunicativo, lo que implica la correlación entre juego y lenguaje, ya que ambos contribuyen a la disminución progresiva del egocentrismo del
niño/a: al jugar con otros, la necesidad de comunicarse y entenderse para llevar a cabo ese juego, dan sentido a la palabra. De este modo, el jugar se constituye en un
importante medio para la descentración infantil.

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