martes, 17 de agosto de 2010

¿Jugamos a la ESCONDIDA?


La idea fundamental de la escondida es que todos los jugadores se oculten, con la excepción de uno, que será el encargado de encontrar al resto.

Para dar tiempo a la elección del escondite y a la correcta instalación de cada uno en el suyo, el buscador esconderá el rostro contra la pared, y permanecerá en esta posición durante algunos segundos. La medición de este lapso, la efectuará el propio buscador recitando la serie de número naturales en voz alta, hasta llegar a una cifra convenida con antelación.
El lugar donde el buscador realiza este ritual se conoce con el nombre de “Piedra”. Inmediatamente comienza la parte más divertida. el buscador recorre el campo de juego y revisa los lugares en donde sospecha que hay alguien. Cuando descubre a algún jugador oculto sale corriendo en dirección a la Piedra, la toca y grita “Piedra libre para Fulano”. Siempre deberá referirse a la persona descubierta de un modo tal que su identidad quede fuera de toda duda.

A su turno, el jugador descubierto puede abandonar su refugio y abandonar su refugio y correr hacia la Piedra tratando de tocarla antes que el buscador. Si lo consigue, será el quien grite “Piedra libre” y a los efectos del juego se reputará que no ha sido hallado.

Por otra parte, todos los jugadores pueden abandonar su escondite y llegarse hasta la Piedra, aun cuando no hayan sido descubiertos. Pero si el buscador los sorprende en su excursión y se les adelanta en la carrera hacia la Piedra, se les considerará encontrados.

El primero de los jugadores que pierda la carrera hacia la Piedra recibirá – como castigo – la obligación de contar en el lance siguiente. Sin embargo, hay un recurso extremo: el último de los jugadores que permanezca escondido puede aventajar al buscador y gritar “Piedra libre para todos mis compañeros”. Cuando esto ocurre, el buscador deberá contar nuevamente.

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